martes, 26 de junio de 2012

Variaciones del sentido de la vida en la era digital

       Desde tiempos remotos, hasta nuestros días, el significado de la vida ha constituido una interrogante muy usual planteada y respondida por muchos puntos de vista, como científicos, filosóficos, entre otros. Nadie puede ignorar que, uno de los aspectos que más ha impactado en las sociedades y ha sido un agente muy influyente a la hora de definirnos individualmente, es a lo que muchos llaman como “El boom tecnológico”. Cabe destacar, que las sociedades están cambiando negativamente a causa de la tecnología.
     La tecnología es un fenómeno que va evolucionando rápidamente. La computadora que hoy en día se considera como la mejor en el mercado, dentro de unos meses ya estará obsoleta. Sin embargo, no nos damos cuenta del daño tan grave que pueden causar los avances tecnológicos en la sociedad, que no podemos dejar de lado, puesto que forman parte de nuestra vida diaria.
      Es evidente que, la intención de todos los progresos e investigaciones tecnológicas son la de mejorar la calidad de vida del ser humano, no obstante, el hecho de que nos faciliten muchos aspectos en la vida cotidiana, implica la pérdida de ciertas facultades. Como bien menciona Emilia de Benito en el reportaje “Google ya es parte de tu memoria”
“Hace 20 años, las personas memorizaban muchos más números de teléfonos que ahora (…) esa capacidad se ha perdido”.
          Muchas personas actualmente no le dan importancia a aprender algo nuevo y que se conserve en nuestra memoria, debido a que tienen libre acceso (rápido y efectivo) a internet, donde pueden realizar cualquier tipo de consulta y aclarar de inmediato las dudas, los trescientos sesenta y cinco días del año y las veinticuatro horas del día.
         Otro claro ejemplo del impacto negativo de la tecnología en las sociedades, es de la suma importancia que se le da al “exterior”, en otras palabras, a las apariencias y a las opiniones que otras personas tienen de nosotros. Años atrás, las emociones, los pensamientos, las creencias, eran el punto de mayor importancia en la definición de cada individuo, mientras que, en el siglo XXI, es totalmente diferente. De acuerdo con Josep Massot en el texto “Yo soy mi Facebook”
“Nos construimos en función de la mirada de otros. De la esencia hemos pasado a la apariencia”.
       De esta manera, somos una sociedad en la que es más significativa la opinión de terceros, que de nuestro propio pensar, lo cual produce grandes consecuencias, tales como la inseguridad y desconfianza en nosotros mismos, supresión de los verdaderos sentimientos, etc. Todo lo anterior ha sido fuertemente generado por los medios de comunicación y las redes sociales (tales como Twitter, Facebook, entre otros). Para este caso, quisiera citar a Edward Osborne Wilson, en la entrevista realizada por Sergio Heredia en “En el futuro, el ser humano va a ser una especie sorprendente”
“Vivimos cada vez más metidos en un mundo virtual y aritificial, con televisiones, películas y grandes enemigos como Facebook y Twitter. Así no se desarrolla un cerebro humano”.
         No sólo el cambio de prioridades entre interior y exterior ha sido la única consecuencia de las redes sociales, sino también las famosas “abreviaciones” características de los jóvenes. ¿Y es que no les ha sucedido?, llega un mensaje de texto vía telefónica, escrito con exceso de abreviaturas, y resulta totalmente inentendible. Por ejemplo, en vez de escribir “porque” escriben “xq”, o bien, eliminan letras en las palabras.
            En resumen, la tecnología ha afectado enormemente la sociedad moderna, y si la situación continúa por el camino que lleva, terminaremos como los seres humanos en la película “Wall-E”, incompetentes, torpes e inútiles. Y es que es incuestionable que, a pesar de todo, los avances tecnológicos tienen su impacto positivo y cito a Mario Vargas Llosa para ello
“¿Quién podría negar que es un avance casi milagroso que ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas?”.
          Pero tampoco deja de ser cierto que debemos protegernos, brindando una mejor educación a los jóvenes, para hacer más tentativa la lectura y animar a los niños, para fomentar la creatividad e imaginación y no perder facultades que teníamos más desarrolladas años atrás. Debemos tomar medidas antes de que la tecnología y sus avances sean los únicos conductores de nuestro sentido de vida.

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